Una bibliotecaria de provincias, algo triste y desencantada, abre su corazòn aun cliente que se ha quedado encerrado en la biblioteca.
Es un monologo,ella habla, de su fustración por ser la encargada de la sección de geografía y estar relegada en el sotano del edificio, de la envidia que le produce las encargadas de otras secciones como las de narrativa o de comics que estan en plantas mas altas donde tienen luz solar y donde hay mas lectores.
Critica la manera en como se gastan los presupuestos para la compra de libros, en narrativas vacías.
Habla tambien de la ilusiòn que le hace un joven usuario de la biblioteca que va una vez por semana y de la angustia que le produce no saber si va a volver.
Es un libro corto apenas cien paginas, un poco caotico, ideal para aquellos que se plantean hacerse bibliotecarios.
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