Hace tiempo llego a mis oídos la historia de una pareja de enamorados que por San Valentin se hicieron unos regalos maravillosos, pero que les causaron un gran pesar.
La pareja en cuestión, se había conocido en una librería, fue un flechazo, los dos eran muy jóvenes, comenzaron a salir, primero como amigos, pero rápidamente se dierón cuenta que lo suyo era AMOR. Necesitaban estar juntos, por eso decidieron ponerse el mundo por montera e irse a vivir juntos.
Pero las cosas no eran tan fáciles ya que ambos estudiaban, tuvieron que ponerse a trabajar, durante el día no se veían, llegaban a casa agotados, pero felices de saber que dormirían juntos. Pasaban estrecheces a veces Mario se preguntaba si Eva se arrepentía de haber dejado la comodidad de casa de sus padres para malvivir con él, pero sus dudas se desvanecían cuando la tenia entre sus brazos.
Iba hacer un año de su vida en común y se acercaba San Valentin, ambos decidieron dar una sorpresa al otro, un regalo maravilloso, único, pero no se lo contaron, era su primer secreto.
Eva tenia una esplendida cabellera de color miel, le cubria toda la espalda, la cuidaba con esmero sabia que Mario se ponía a cien cuando la veia desnuda y cubriendose con la melena, cada noche se cepillaba cien veces la melena, daba igual que estuviera cansada, era un acto de amor para Mario.
Él tuvo claro desde un principio, cual seria el regalo perfecto para Eva, lo habían visto una tarde en una tienda de antigüedades, era una peineta de oro en forma de mariposas . Habían entrado en la tienda y el anticuario les había contado que era una replica perfecta de una peineta que había llevado la emperatriz Sissi, el precio era prohibitivo. Cuando salieron Eva le había comentado, que con ella puesta se había sentido como una reina.
Cuando se fueron a vivir juntos, los padres de Mario se enfadaron mucho, no entendían el porque de esas prisas, querían que Mario terminara sus estudios, se asentara y después ya vendría la boda. Pensaron que si no le ayudaban económicamente, desistiría rápidamente y volvería al redil. Solo hubo una persona que creyó en su amor y fue su abuelo Sebastian, el día que se marchaba de casa le abrazo con fuerza y le regalo un reloj de bolsillo era de oro y llevaba una frase grabada "persigue tus sueños",
a partir de ese momento el reloj fue su talismán de la buena suerte, nunca se separa de él, lo tenia que llevar en el bolsillo porque no tenia una cadena para poderlo colgar, más de una vez había tenido un susto porque creía que lo había perdido.En todo esto pensaba Eva, ella ya tenia el regalo.
Llegó el día de San Valentin, ambos estaban nerviosos, se despidieron por la mañana con un beso y la promesa de una cena intima. Eva llego antes a casa preparo con esmero la cena y puso velas, se entretuvo bastante y el tiempo se le echo encima ya solo quedaban quince minutos para que llegara Mario, sonrío, daba igual una ducha rápida, el pelo ya no era un problema, se lo había cortado al estilo chico, había llorado, pero cuando la peluquera le había pagado su melena a precio de oro, pensó que había valido la pena.Con el dinero le compro a Mario una cadena de oro para el reloj.
Mario llegaba tarde a casa, casi le cierra el anticuario, no había contado que en las tiendas de empeño de oro, tardaran tanto en tasar un reloj.Cuando lo vendió, sintió pena por su abuelo, pero pensó en la frase "persigue tus sueños" y para el Eva era su mejor sueño...